martes, 9 de julio de 2013

La "partidocracia" oaxaqueña vencida por el abstencionismo del ciudadano.

Juan José Díaz Morales.

Pocos votos en las casillas de Oaxaca.


A pesar que ciertas empresas de consulta, señalaron que las pasadas elecciones tuvieron una alta participación ciudadana, la realidad es otra, durante la jornada electoral del pasado siete de julio de 2013, en  las casillas electorales había poca afluencia o nula de los ciudadanos oaxaqueños.

La verdad  es otra,  el abstencionismo prevaleció en las elecciones 2013, y no solo en el Estado de Oaxaca, si no que fue una tendencia nacional, lo cual demuestra el descontento social por parte de los ciudadanos ante las practicas realizadas por la "partidocracia"

La institución de los partidos políticos se ha ido deteriorando y desprestigiando al pasar de los años, esto se lo han ganando a pulso con todos los escándalos que dan a  la vida pública, de esta manera, el oaxaqueño no cree que los partidos políticos sean una institución de progreso y cambio.

Diferentes caras de la política señalaron, que la falta de votos es causa de la probable violencia y las amenazas que realizaron los integrantes de la Sección XXII y de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) , estas falacias emitidas por los políticos, son intentos absurdos de ocultar la verdad de sus actuaciones en el poder. Oaxaca no aguanta más sus prácticas corruptas, su demagogia durante las campañas, el hecho de aguantar la prepotencia de  sus “juniors” en las calles de nuestro Estado, los desfalcos cometidos por ellos o por sus funcionarios, etc.

No es posible que un representante popular sea elegido por aproximadamente el 50% de los ciudadanos que se encuentran en la lista nominal, ¿Dónde queda el gobierno del pueblo y para el pueblo?, un gobierno elegido por los propios políticos, familiares, amantes, amigos, y demás ingenuos que les fue prometido un puesto, ¿Eso es democracia?, ¿Seguir manteniendo a la clase política con sus privilegios?

¿Donde están los votantes?


Para la mayoría de los oaxaqueños acudir a las casillas “es perder el tiempo”, la apatía, desgano, desanimo, el oaxaqueño no ve en los procesos electorales nada que tenga que ver con mejorar su vida, su trabajo, su familia, o que se mejore la seguridad, ante la ola de inseguridad y de falta de trabajo que se vive en el Oaxaca de hoy.

El oaxaqueño no relacionada el proceso electoral con su vida, porque el discurso dado por los políticos está más que desgastado, es ilegitimo totalmente, y que dice Oaxaca “ para que votar, si nunca mejora nada”, esa es la verdad de la democracia, la clase política se mantiene en el poder por ellos mismos.

Sin embargo esto no solo queda aquí, la democracia se ha prostituido completamente, el voto de ciudadano no es algo legitimo  para las autoridades, se ha criminalizado completamente, como ejemplo tenemos el artículo 206 del Código de Instituciones Políticas y Procedimientos Electorales de Oaxaca (CIPPEO), el cual hace presunción que todos somos criminales y vendemos nuestro voto al mejor postor, cuando las instituciones electorales son las primeras que se venden al que les dé más.

Las campañas electorales se convirtieron en un concurso de quien da más dadivas entre los electorados de regiones lejanas o quien hace el mejor “photoshop” para que se vea decente en la foto de campaña. Las promesas dadas por los políticos son demagógicas, nadie cree que estás se cumplan, ya que se han propuesto las mismas por más de 100 años y aun no se terminan de cumplir, la campaña se convirtió en un circo, cuando este debería ser un proceso cívico del más alto rango, sin embargo los políticos lo han convertido en un juego, un campeonato.

¿Qué significa que más de la mitad de los ciudadanos no acuda a votar?, el proceso electoral está viciado de origen, esa desligitimidad da como resultado que una minoría transfiera el triunfo para que otros gobiernen a todos, un gobierno ilegitimo que quiere gobernar a un pueblo descontento ante el gobierno que no eligió, pero que tiene aguantar por que las leyes que creó un Congreso que tampoco designo se lo obligan, esa es la verdad de la democracia en Oaxaca y México.




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