lunes, 22 de octubre de 2012

Feliz día del médico.


“Ninguna profesión como la de las ciencias de la salud tiene tal virtud de acercamiento a la persona, porque se vive y se ve vivir en el sufrimiento, dolor, esperanza, muerte y amor [...] el médico aprende a ser más humano, a valorar lo que aún él tiene de salud, de integridad, vida… a acompañar y compartir el sufrimiento [...], en fin, aprende a amar”.
Ma. de la Luz  Casas. Conocer y amar: vocación médica. Cuadernos de Bioética 1998;34(9): p.327.

Hay en esta profesión algo especial, desarrolla su acción en estrecha cercanía a la persona, al servicio de sus bienes más preciados: la vida y la salud. Lo hace precisamente en momentos cruciales de la existencia como son su jubiloso inicio, su siempre dramático fin y durante la enfermedad, esa situación en la que el individuo sufre además de los síntomas propios de su condición, la más radical pobreza, limitación y dependencia. Es por ello que la medicina es uno de los servicios más nobles, honorables y dignificantes, ámbito privilegiado de enriquecedores modos de relación interpersonal y de encuentro a la real medida del ser humano.

Cuando la vocación, la competencia profesional y las virtudes morales resultan plenamente integrados en nuestro ser y quehacer, la profesión médica se convierte en una especie de segunda naturaleza, un verdadero estado de vida que permite establecer modos de relación cada vez más creativos y enriquecedores.

Reciban nuestra felicitación todos los médicos orgullosos y comprometidos con su profesión. . Felicidades a los que a pesar de las más adversas circunstancias, no se dejan morder por el desaliento y la desmotivación deshumanizantes; a toda la gente buena que está poniendo su alma de raíz, para no secarse.






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